Home » 2013

Yearly Archives: 2013

Una mirada al futuro. I Congreso IKASLAN de Formación Profesional

El 12 de diciembre de 2013 ha tenido lugar en el Palacio de Congresos Europa de Vitoria-Gasteiz el I Congreso de Formación Profesional de IKASLAN, la asociación vasca de centros públicos de formación profesional.

IKASLAN me invitó a abrir el congreso con la ponencia ·”La alternancia refuerza las nuevas tendencias en la formación profesional”. En síntesis la ponencia trató de como las nuevas tecnologías, los cambios en los modelos productivos y las aspiraciones profesionales de las nuevas generaciones están transformando rápidamente el contexto de los aprendizajes en la formación profesional. El aprendizaje a través del trabajo se va consolidando como una vía sólida para adquirir las competencias profesionales que requieren las nuevas demandas del mercado de trabajo. El modelo de alternancia entre escuela y trabajo tiene una larga tradición en algunos países del centro-norte de Europa y ahora es una gran oportunidad para su desarrollo en España. Más que transferir o copiar modelos, se trataría de encontrar una vía propia de evolución de los modelos actuales en nuestro país basados en la innovación.

El Congreso constituyó un éxito de público, de organización y de interés de ponencias y talleres. IKASLAN juega un papel clave en la formación profesional en Euskadi al constituirse como interlocutor privilegiado ante la admnistración educativa y por otro lado como instrumento para la organización de actividades y servicios para agilizar la gestión de los centros públicos.

LA ALTERNANCIA REFUERZA LAS NUEVAS TENDENCIAS EN LA FORMACIÓN PROFESIONAL

La formación profesional está en un buen momento

 

Desde hace algunos años la formación profesional en España está siguiendo una tendencia expansiva, incluso desde antes de la crisis, que contrasta con el relativo estancamiento de los efectivos formados en los demás países europeos. Seguramente, el importante retraso en las cualificaciones intermedias en el mercado de trabajo en España deja espacio para poder prever el mantenimiento de esta tendencia y como resultado un importante crecimiento de los graduados en formación profesional en los próximos años.

 

Sin embargo la expansión de la formación profesional se produce en un entorno de profundos cambios tanto sociales como económicos que configuran una nueva demanda de formación profesional tanto por parte de las empresas como por parte de los mismo usuarios, ya sean jóvenes como adultos. No estamos ante un crecimiento lineal sino que vivimos una época de crecimiento con cambios. La confluencia de esas dos situaciones configura un escenario prometedor.

 

Así pues, se trata de una buena oportunidad para consolidar el proceso de modernización y de fortalecimiento de la formación profesional. Si la formación profesional que tenemos por delante, no se va a asemejar demasiado a la que dejamos atrás, es el momento para concentrar los esfuerzos, las iniciativas y las propuestas para mejorar el sistema de formación y dejar la impronta para varias décadas situándola en los niveles en los que deseamos que esté y por el cual hemos estado trabajando durante tantos años.

 

¿Cuáles son los cambios que afectan al futuro de la formación profesional?

 

Las nuevas tecnologías, las innovaciones en los modelos productivos y las aspiraciones profesionales de las nuevas generaciones están transformando rápidamente el contexto de los aprendizajes en la formación profesional.

 

a)    Las nuevas tecnologías, especialmente las de la información y comunicación, están afectando a la formación profesional desde una doble vertiente. En primer lugar, porque incorporan nuevas competencias profesionales en la mayor parte de los puestos de trabajo y en las funciones profesionales. Hoy, ya prácticamente ninguna profesión u oficio se escapa del uso de nuevas tecnologías de la información, las cuales han revolucionado con mayor o menor profundidad los contenidos de la práctica profesional. En segundo lugar, porque al aplicar las nuevas tecnologías de la información al mismo proceso de aprendizaje también están revolucionando el propio sector, los métodos de aprendizaje y la oferta formativa. Dentro de poco, ninguna actividad formativa se realizará al margen de las nuevas tecnologías de la información. Así pues, el requerimiento de nuevas competencias y la incorporación de nuevos sistemas de aprendizaje están ya afectando la formación profesional y lo harán aún con mayor contundencia en las próximas décadas.

b)    Los procesos de globalización, el desarrollo de los países emergentes, las estrategias mundiales de competitividad, las innovaciones tecnológicas, de productos, de mercados, de procesos, de organizaciones, de pautas de consumo, son factores que están imprimiendo ritmos divergentes de evolución en los diferentes sectores y actividades económicas de los países. Los puestos de trabajo que se crean no coinciden con los que se destruyen, ni entre los sectores, ni entre los países, ni en el interior mismo de las empresas según las distintas funciones productivas. Ello está provocando una nueva composición del conjunto de las competencias profesionales requeridas por los sistemas productivos y a los que deben responder los sistemas de formación profesional. Nuevas competencias y nuevas dinámicas de las viejas competencias ponen en tensión los catálogos de cualificaciones nacionales con el riesgo que queden desfasados rápidamente, e imponen una reorganización de la oferta formativa.

c)    Las aspiraciones profesionales de las nuevas generaciones, sus valores y comportamientos marcan también una nueva relación con la formación. Las aspiraciones profesionales de las chicas ya superan las de los chicos. Los rankings de las profesiones a las que aspiran están variando constantemente. Las imágenes profesionales de referencia también, por lo que la demanda hacia la formación también sufre variaciones importantes según expectativas e influencias mediáticas.

     

Este conjunto de cambios en los contextos socio-económicos explican el estado de “ebullición” que vive el sector de la formación, con la multiplicación de iniciativas y actividades formativas que intentan seguir los procesos de cambio, la mayor parte de ellos en el ámbito informal, ante las dificultades y las inercias para imprimir una mayor velocidad de cambio en los sistemas formativos formales.

 

¿Cómo afectan los cambios del contexto en la oferta formativa?

 

Los efectos de estos cambios en la formación profesional son ya visibles en múltiples aspectos. Quizás el de más calado y que va a tener impactos más profundos en los sistemas de formación es el relacionado con el desarrollo y entrenamiento de las competencias profesionales. ¿Cómo transformar una oferta formativa y unos centros de formación pensados para transmitir conocimientos y habilidades en unos sistemas de formación que desarrollen y entrenen el ejercicio de competencias profesionales y personales. Ello afectará desde los contenidos curriculares, como los modelos pedagógicos, el papel de los profesores, la concepción de los centros de formación, la relación con las empresas y con las organizaciones profesionales, es decir globalmente al conjunto de la organización de la oferta formativa.

 

Hay que conseguir que los contenidos curriculares sean capaces de seguir los cambios en el contexto productivo, con formas mucho más flexibles y descentralizadas de diseños curriculares e implicando mucho más a los expertos y organizaciones profesionales para que incidan de forma más determinante en la definición de los contenidos formativos. Menos en algunos casos en los que la innovación ha trastocado completamente los contenidos profesionales, como son los casos relacionados con las nuevas profesiones, en general, los cambios están muy localizados en algunas unidades de competencia por lo que no debería ser muy difícil la actualización y adaptación de los Catálogos de Cualificaciones, pero es necesario poner el énfasis en una mayor agilidad y permeabilidad de la innovación en la definición de los contenidos formativos.

 

Por otra parte, ya es visible hoy un avance considerable en la aplicación de las nuevas tecnologías e internet en las aulas, sin embargo habría que impulsarlo más y darle más velocidad de cambio. Para ello hace falta apoyar de forma más decidida el desarrollo de modelos pedagógicos, instrumentos didácticos, productos formativos, que hagan efectiva el uso de las nuevas tecnologías en la formación. Ya empieza a haber mucho material en internet útil para la formación, pero necesita ser cribado y adaptado para su incorporación en el proceso formativo. La innovación de los cursos gratuitos en línea impondrá, también en la formación profesional, una aceleración de estos cambios, con grandes márgenes potenciales de crecimiento y recorrido.

 

Todo ello interroga el papel y la formación de los docentes. De sabio transmisor a hábil entrenador hay un buen trecho, que algunos ya han empezado a recorrer pero que aún la mayoría está expectante a que se generen los marcos de motivación propicios. Los análisis de PISA han puesto de manifiesto la importancia de la función docente, clave en la explicación de la calidad y la excelencia educativa. El papel del profesorado no va a menos, sino todo lo contrario va a más y lo sitúa en la pieza crucial de los nuevos conceptos educativos. El profesor-entrenador es mucho más importante en una estrategia de desarrollo de las competencias que en los modelos clásicos, en los que en la actualidad son sustituibles. Pero el entrenador no es sustituible.

 

Con todos estos cambios, los centros de formación del futuro se parecerán más a gimnasios o a las macrotiendas de los gigantes de internet que al conjunto de aularios y talleres de la actualidad. Los centros serán el nodo clave en un proceso de aprendizaje multiespacio que se iniciará en casa ante el ordenador a través de internet, seguirá en los espacios de conocimientos en la ciudad (exposiciones, nuevos conceptos de museos y bibliotecas, charlas y conferencias, grupos y talleres de trabajo…), y se complementará en la empresa en situaciones reales de práctica profesional o en centros de entrenamiento especializados. Todo ello organizado, coordinado y dirigido desde el centro de formación, con una atención y relación personalizada entre el tutor y el alumno y en un contexto de demandas individuales mucho más diversas provenientes de personas con intereses distintos, edades diferentes y situaciones profesionales diversas. 

 

El entrenamiento de las competencias profesionales

 

Como se ha visto una de las claves de los retos a resolver para el futuro de la formación profesional es el entrenamiento de las competencias requeridas en el ejercicio profesional. Ello constituye un cambio copernicano en las concepciones sobre las estrategias de aprendizaje. Ya no se trata de basar el aprendizaje en la transmisión de los saberes necesarios para ejercer una profesión sino en adquirir el dominio necesario de las competencias profesionales fundamentales para su ejercicio. Ese cambio de perspectiva requiere también un cambio total en las estrategias de aprendizaje en las que deben basarse los programas formativos. Hasta ahora se han desarrollado métodos, didácticas, instrumentos para la transmisión de los conocimientos y herramientas para la evaluación de su adquisición. Ahora deberemos desarrollar nuevos métodos, didácticas e instrumentos para el entrenamiento de las competencias profesionales. Y para ello se requiere de unos programas de entrenamiento específicos. De la misma forma que los centros de alto rendimiento deportivo han conseguido superar los límites del esfuerzo humano en los deportes en los que se han desarrollado, o los modelos que se aplican para el aprendizaje de profesiones de elevada responsabilidad como los pilotos de avión, o de ferrocarril, o los médicos, igualmente se deberán desarrollar nuevos métodos y estrategias de aprendizaje para el dominio de las competencias claves de las profesiones, dada la presión por una práctica profesional de excelencia o altamente productiva.   

 

Eso quiere decir que se necesitan protocolos muy afinados sobre las competencias necesarias en los distintos procesos de la práctica profesional. Se necesitan tutores experimentados en el uso de dichos protocolos y en el acompañamiento “coaching” de los procesos de aprendizaje y entrenamiento de las competencias, y espacios e instalaciones apropiadas para hacer posible dicho entrenamiento.

 

Ello exige nuevas concepciones en tres elementos básicos de todo proceso de aprendizaje, los programas, los profesores y las instalaciones y para complementar todo ello, será necesario una función de I+D que investigue en la frontera de la innovación para incorporar en la práctica formativa las innovaciones producidas.  

 

En ese contexto de innovación la empresa es clave, sin la cual no es posible desarrollar y entrenar de forma eficiente las competencias profesionales requeridas, como no es posible formar bien un piloto sin aviones, o un buen médico sin hospitales.

 

La empresa ha de formar parte del proceso formativo, sabiendo que su principal cometido no es la formación, pero de la misma forma que la empresa ha de corresponsabilizarse de sus impactos en el medio ambiente, o ha de vigilar los impactos de los usos de sus productos o de la trazabilidad de sus materias primas, también ha de corresponsabilizarse de la producción de la cualificación de los recursos humanos que necesita para su funcionamiento, ya que la actividad laboral que organiza y utiliza es la principal fuente de la cualificación profesional. El profesional se hace ejerciendo su profesión. Las empresas y los centros de formación son los dos pilares básicos de un continuum de aprendizaje para la consecución de unos profesionales bien formados.

    

De la misma forma que hemos planteado la necesidad de revisar la concepción de los centros de formación, también hay que repensar la capacidad formativa de las empresas, porque no cualquier trabajo ni cualquier organización del trabajo produce los efectos cualificantes que se requieren para un proceso óptimo de aprendizaje. El potencial cualificador de la actividad laboral es enorme pero necesita también estar encauzado en protocolos y criterios que consigan el máximo impacto en el aprendizaje del trabajador.  

 

La experiencia acumulada en la organización de las FCT brinda un material muy valioso para diseñar unos modelos eficientes de prácticas laborales cualificantes.

  

La formación en alternancia

 

La evolución lógica de la perspectiva del aprendizaje de las competencias ha conducido a revalorizar la formación en alternancia como la estrategia más adecuada para ello. El criterio es simple, las competencias se adquieren mejor en el ejercicio de la actividad profesional que en un aula. Esta constatación y el prestigio de los modelos basados en estas estrategias formativas han situado la formación en alternancia como referencia para la mejora de los sistemas de formación profesional. Hoy todos los organismos internacionales, están defendiendo este tipo de formación, aunque también constatan las dificultades de su implantación fuera de las zonas en las que culturalmente se ha desarrollado históricamente[1].

 

Al margen de cómo se ha introducido esta perspectiva en el debate español, hoy está ya consagrada en el marco normativo tanto a nivel estatal como en algunas comunidades autonómicas. Más que transferir o copiar modelos de otros países, se trataría de encontrar una vía propia de evolución de los modelos actuales en nuestro país hacia un modelo de alternancia entre centro formativo y empresa.

 

Se trata principalmente de un cambio cultural de concepción de la formación profesional y del papel de la empresa y de los centros formativos. El modelo dual, del que tanto se habla hoy en España, corresponde a un área cultural  muy precisa de influencia germánica del centro de Europa. Con matices, los sistemas formativos de Alemania, Austria, Suiza, Luxemburgo, Dinamarca comparten una concepción que se ha construido históricamente a lo largo de los años.  Otros modelos de alternancia como el francés se basan en rasgos culturales más cercanos a los nuestros, especialmente sobre el rol de la escuela.

 

La principal diferencia entre ambos modelos reside en que en el modelo dual alemán la iniciativa es de la empresa que se corresponsabiliza del proceso formativo, con una relación privada laboral con el alumno en el marco de una regulación colectiva tripartita entre los agentes sociales y el estado. El modelo francés, al contrario, la iniciativa proviene del centro formativo que pilota la colaboración de la empresa en el marco de una negociación también tripartita entre el estado y los agentes sociales, pero articulado en diferentes programas formativos.

  

La experiencia de estos países y la internacional en el intento de generalizar la aplicación del sistema de alternancia o dual pone el énfasis en una serie de criterios necesarios para asegurar su buen funcionamiento y una formación de calidad[2]:

·         Un marco normativo claro y preciso sobre el funcionamiento del procedimiento de alternancia que oriente a centros y empresas en su tarea formativa.

·         Un diseño curricular de los programas que establezca claramente las tareas de los centros y de las empresas.

·         Un amplio consenso entre los agentes sociales y los actores educativos sobre el modelo.

·         Una descripción clara del perfil y del papel de los tutores de empresa y su formación adecuada.

·         Una regulación precisa de la estancia de los jóvenes en la empresa y de su relación con ella.

·         Una colaboración estrecha entre los centros formativos y las empresas para el seguimiento del proceso de aprendizaje de los alumnos.

·         Unos criterios claros y objetivos para la evaluación de los aprendizajes conseguidos.

·         Unos procesos de acreditación y reconocimiento de las cualificaciones obtenidas por parte del sistema educativo y del mercado laboral.

·         Un apoyo con incentivos para la participación de las empresas en los programas.

 

Todos estos elementos deben conjugarse armoniosamente para desplegar todo el potencial del sistema de alternancia y ello no se consigue de un día para el otro, sino que es un proceso que debe irse ganando paso a paso consolidando experiencias piloto que sirvan de referente y contribuyan a su generalización.

 

Hoy en nuestro país estamos iniciando este proceso con un núcleo de empresas y centros pioneros que van a aportar muchas experiencias e informaciones útiles para evaluar sus resultados y orientar las vías a seguir para su ampliación. Sería conveniente prever mecanismos rigurosos de evaluación que contribuyan a la revisión de todo aquello que no acabe de funcionar correctamente y a impulsar los éxitos conseguidos.

 

Hoy ya se puede prever que no todo el tejido productivo está en capacidad para asumir con garantías una corresponsabilización en materia de formación, pero eso también ocurre tanto en Alemania como en los otros países con implantación de programas de alternancia. Seguramente por tradición, por cultura, pero también por tamaño pocas empresas en España pueden tener la capacidad para asumir la responsabilidad formativa para la formación inicial de nuevos profesionales, si se quiere conseguir una formación de calidad.

 

En cambio hoy también disponemos de un gran número de empresas colaboradoras de los centros de formación en la FCT que sí que están ofreciendo espacios y programas limitados de aprendizaje. Reforzar, mejorar, ampliar, apoyar los períodos de prácticas en empresa para convertirlos en espacios de aprendizaje más completos puede ser nuestra vía de desarrollo de la cultura de la alternancia con éxitos más fáciles y a más corto plazo.

 

Por otra parte, también se puede abrir nuevas vías de experimentación de proyectos colaborativos entre pequeñas y grandes empresas en sectores determinados y anclados localmente para mutualizar los aprendizajes bajo condiciones productivas, tal como también se está haciendo en la misma Alemania, en las regiones en las que no hay suficientes plazas de aprendices en empresas. Por lo que la vía para desarrollar la perspectiva de la alternancia podría ser más colaborativa y en redes entre varias empresas que complementasen el proceso en su conjunto.

 

Seguramente en nuestro país hay que avanzar de forma mucho más flexible buscando soluciones adaptadas a las circunstancias, demandas, posibilidades y recursos existentes a nivel local y con una dimensión sectorial, que incorpore además nuevas vías de organización de la transición escuela trabajo, dado el elevado índice de paro juvenil. 

 

El impulso de la alternancia constituirá seguramente el principal aliciente para una renovación de la formación profesional generando expectativas positivas entre los jóvenes y sus familias sobre el futuro del empleo, entre los docentes sobre su futuro profesional y entre las empresas que apuestan por un modelo productivo de mayor valor añadido.  

 

Oriol Homs

I Congreso Ikaslan de Formación Profesional

ETORKIZUNARI BEGIRADA BAT

IKASLAN

Vitoria, 12 de diciembre de 2013

 

ponencia Ikaslan



[1] EULER D. El sistema dual en Alemania. ¿Es posible transferir el modelo al extranjero?. Fundación Bertelsmann. Gütersloh. 2013

[2]Ver INAP Comimission “Architecture Apprenticeship”. Memorandum. An Architecture for Modern Apprenticeships: Standards for Structure, Organisation and Governance. In DEITMER L. et altrii (editors) The Architecture of Innovative Apprenticeship. Springer. 2013.

Alemania promou el sistema dual als països del sud per obtenir mà d’obra qualificada

El passat 10-11 de desembre de 2012 es varen reunir a Berlin, els ministres responsables de la formació professional d’Alemanya, Portugal, Grècia, Espanya, Itàlia, Lituania i Esvolaquia per aprovar un Memorandum en el que es varen comprometre a promoure la formació professional i a estudiar la implementació del model dual com a part de les polítiques en favor de l’ocupació dels joves. Posteriorment a la reunió, el Memorandum està essent signat per cada un dels països amb un acord de finançament per part del govern alemany per fer pràctiques a Alemanya en el marc de la formació dual.

L’interès alemany és doble, d’una part, exporta el seu sistema de formació que travessa hores baixes i així amplia la seva influència a Europa i, d’altra part, atrau mà d’obra qualificada cap a Alemanya per cobrir les mancances del seu sistema de formació per a qualificar un major nombre de treballadors.

El model dual alemany es basa en un acord tripartit entre l’estat i els agents socials per tal de regular la formació en alternança entre l’empresa i l’escola, pel qual les empreses assumeixen la formació pràctica dels joves que complementen en cursos escolars. Però l’exportació del sistema dual alemany als països amb problemes d’atur juvenil s’està fent sense la participació dels agents socials segons comenten els sindicats d’aquests països. Sense un acord entre els agents socials sobre aquest tipus de formació es corre el perill d’atomitzar-se empresa a empresa sense poder assegurar la seva qualitat i validesa.

 

Participació al seminari “Perspectives for the young generation from Trade Union point of view”, organitzat per IG Metall de la DGB a Berlin el dies 13-14 de maig de 2013, amb una ponència sobre “Youth in Labour Market and VET in Spain”.

 

 

Models de qualificació a Europa

La gran majoria de països europeus segueixen un model de qualificació en el que el volum més important de la seva població ocupada té un nivell de formació de secundària complerta (batxillerat o formació professional), prenent la forma d’una bota, en canvi Espanya, és l’únic país que presenta el model totalment oposat seguint  la forma d’un rellotge de sorra en el qual el nivell intermedi de qualificació és el més reduït en comparació amb els nivells superiors o inferiors. També altres països com Portugal, Itàlia, Malta, Bèlgica, Irlanda, Xipre i Luxemburg, segueixen altres models de qualificació. En els darrers anys s’observa una reducció de l’anella intermèdia de la bota de la majoria de països europeus en benefici del nivell de formació superior i la progressiva reducció dels nivells inferiors, evolucionant cap una piràmide invertida la qual ja caracteritza alguns països europeus. Aquesta tendència cap a un canvi en el model de qualificació a Europa planteja varis reptes: En primer lloc, el gran potencial d’inovació i de creativitat dels països amb la franja més nombrosa de persones en els nivells superiors de formació. En segon lloc, quin serà el paper de la formació secundària de tipus professional, element clau fins ara en l’estructura de la qualificació?. En tercer lloc, quins canvis es produiran en la gestió d’una mà d’obra tant altament qualificada?

Models de qualificació a Europa

“Formació professional al llarg de la vida laboral: un repte per a les empreses i per la societat”. Conferència pronunciada en el Forum Delta de la Formació i Qualificació. El Prat de LLobregat, 22 de maig de 2013.

 

La crisis expulsa a los jóvenes menores de 20 años del mercado de trabajo

A finales de 2012 en España la tasa de actividad de los jóvenes menores de 20 años era de 12,1%. En los años 70 esa tasa estaba alrededor del 60%. Desde entonces cada crisis económica ha acelerado el retraso de la inserción de los jóvenes al mercado de trabajo confirmando una tendencia estructural que aleja a los jóvenes del empleo. En Europa hay países que consiguen proporciones elevadas de actividad laboral de sus jóvenes: Dinamarca y Holanda, y en menor medida Reino Unido y Austria. En casi todos los países la crisis ha reducido la participación de los jóvenes en la actividad laboral. Estamos ante una tendencia estructual. ¿Es sostenible que los jóvenes lleguen a la edad adulta sin haber conocido el mundo laboral? ¿Podemos aprender de Dinamarca y Holanda una relación distinta de los jóvenes con el mercado de trabajo?

Jóvenes y empleo

El 23 de mayo de 2013 participé en un debate sobre el desempleo de los jóvenes en el marco del proyecto TYEC con la ponenncia   “Academic training and integration in the labour market” . Seminario organizado por la Fundación G. Brodolini y el sindicato UIL (Italia), y CCOO (España).

 

La formació professional a Espanya: Cap a la societat del coneixement

Anàlisi del sistema de formació professional espanyol, identificant les seves principals característiques així com els reptes als quals haurà de fer front en un futur immediat. Publicat pel Obra Social. Fundació “la Caixa”. Col·lecció Estudis Socials nº 25. Barcelona 2008. Hi ha una versió en català, en castellà i en anglés.

En català 25FPCAT

En castellà vol25_es

En anglés 25_en

http://obrasocial.lacaixa.es/ambitos/estudiossociales/volumenes09_es.html

La formació professional a Espanya
La formació professional a Espanya

 

Se l’idea di fiare uno Stato aiuta un progetto di paese

Entrevista realitzada per Elena Marisol Brandolini i publicada a ¨Catalunya-España. Il difficile incastro”. Editorial Ediesse. Roma 2013. Recull d’entrevistes sobre el debat actual de l’encaix de Catalunya a España. Oriol Homs defensa la necessitat de definir quin país es vol construir no solament des de la perspectiva política sinó també cultural, social i econòmica.

Catalunya España

Articulación territorial y sectorial de la formación para el empleo en España

Video resumen de la conferencia “Articulación territorial y sectorial de la formación para el empleo en España” realizada en las Jornadas “FORMACIÓN PARA EL EMPLEO: CLAVES DE FUTURO”, en la 2ª Reunión Técnica: “Formación profesional y formación en el empleo: impacto y medidas operativas para fomentar la calidad” organizadas en noviembre de 2010 por la Fundación Tripartita para la Formación en el Empleo.

 

La formació Professional a Espanya

Oriol Homs, autor del volumen 25 de la Colección de Estudios Sociales de la Obra Social la Caixa, analiza en este video resumen, el proceso de transición en nuestro país hacia un sistema de formación profesional moderno tanto de los jóvenes antes de incorporarse al mercado laboral como de los trabajadores activos o desempleados que necesiten actualizar sus conocimientos y habilidades.

El análisis aporta una visión histórica sobre el desarrollo de la formación profesional en España, considerando, en especial, la situación comparada con los países del entorno europeo. En este sentido, constata el avance experimentado en nuestro país por este tipo de formación durante los últimos años, si bien señala, también, los ámbitos críticos en los cuales es imprescindible un impulso para hacer de la formación profesional un elemento dinamizador de la economía.

LA RENOVACIÓN DE LAS POLÍTICAS ACTIVAS DE EMPLEO CLAVE PARA AFRONTAR LA SITUACIÓN DE CRISIS

El Real Decreto-ley 3/2011, de 18 de febrero, de medidas urgentes para la mejora de la empleabilidad y la reforma de las políticas activas de empleo pone las bases para una renovación de los Servicios Públicos de Empleo y reorganiza las políticas activas de empleo. Se pone el énfasis en el trato individualizado de los demandantes de empleo, en la dimensión local y en la necesaria planificación a través de una estrategia nacional compartida por los principales actores territoriales y sociales, así como se inicia una nueva relación entre el Servicio Estatal de Empleo y los Servicios Autonómicos en la que en el marco de un catálogo se servicios y unas directrices para los colectivos prioritarios, son las Autonomías quienes deberán elaborar los programas y actuaciones en su territorio.

Tanto por su clarificación conceptual, como por los nuevos criterios de estructuración del Sistema Nacional de Empleo y las nuevas orientaciones en materia de gestión, el Real Decreto abre una nueva etapa, totalmente necesaria para adaptar las políticas activas de empleo a las nuevas necesidades y exigencias provocadas por el cambio de ciclo y la persistencia de una situación de crisis aguda en materia de empleo. La situación lo requiere y la tarea será ardua.

En un escenario plausible de una década con niveles de paro elevados y escaso incremento de los volúmenes de empleo, queda poner el énfasis en la dinámica de los flujos de empleo para compartir al máximo las oportunidades de la población activa para acceder a la contratación o a la autocreación de empleo.  En esta situación hay que preguntarse por la función que deben jugar las políticas activas de empleo. Habrá que preguntarse sobre que hacer con los varios millones de desempleados que habrá durante toda la década para poderlos mantener lo más activos posibles aunque no haya empleo para todos. Esta es la pregunta clave que habría que intentar responder, y para ello es seguro que habrá que movilizar a toda la sociedad y generar todas las sinergias posibles. Solamente desde los Servicios Públicos de Empleo solos no será posible hacer frente de forma aislada a esta problemática. En los 80, en la época de Jacques Delors al frente de la Comisión Europea, cuando ya había tasas elevadas de desempleo en Europa se ensayaron vías de gran interés conceptual, aunque muchas de ellas no llegaron a cuajar debidamente: la separación entre actividad y empleo, los nuevos yacimientos de empleo, las iniciativas locales de empleo, los pactos locales, los empleos sociales… Quizás habría que revisitar esas ideas y con la experiencia acumulada reformularlas y ensayar nuevas vías para conseguir que el desempleo no hunda la confianza y la esperanza de una generación entera.

Las políticas activas de empleo son más eficaces cuando existe una demanda sostenida de empleo, pero en situaciones de colapso de los mercados de trabajo con desequilibrios notables entre demanda y oferta, como es el caso actual en España, los márgenes de acción se ven muy reducidos, por lo que conviene afinar con rigor en la selección y definición de los objetivos a conseguir y especialmente en su relación con las medidas propuestas. Por lo que el intercambio de experiencias tanto a nivel europeo como entre Comunidades Autónomas puede resultar de gran interés para difundir las mejores prácticas.

Al tratar los temas de empleo es adecuado recordar que el empleo es una variable dependiente de la actividad económica, y que a pesar de la contribución que puede realizarse desde las políticas de empleo a mejorar las perspectivas de la población desempleada, y al mejor funcionamiento de los mercados laborales,  la medida de empleo más eficaz que puede plantearse es promover un cuadro macroeconómico que favorezca el empleo. La articulación de las políticas activas de empleo con las políticas industriales, medio ambientales y macroeconómicas parece necesario. En un escenario de magnitudes macroeconómicas restrictivas como el actual debe plantearse el papel que deben desempañar las políticas activas de empleo para concentrar los esfuerzos en aquellas medidas que puedan tener una mayor coherencia y eficacia en el contexto actual teniendo una visión global y a medio plazo de los resultados. Ello significa que al diseñar la estrategia española de empleo habría que distinguir entre las medidas que son necesarias consensuar en colaboración con otros departamentos del gobierno y de las administraciones públicas y cuales pueden ser responsabilidad directa de los Servicios Públicos de Empleo.

Se da la paradoja que cuando más necesarias son las políticas de empleo es cuando hay menos capacidad de financiación por lo que debería plantearse en el futuro la necesidad de generar un fondo anticíclico para el empleo en el que se depositaran los ahorros en momentos en crecimiento para poder activarlo en los momentos de crisis y así financiar el necesario apoyo a la reinserción en el empleo de la población parada.

La publicación reciente de un buen paquete de nuevos Certificados de Profesionalidad complementa las medidas anteriores fortaleciendo la oferta formativa que se configura como el instrumento clave para resituar en el mercado al importante volumen de trabajadores que deberán redefinir su profesionalidad a la vista de los cambios sectoriales y ocupaciones que se están produciendo.

Hoy, cuando parece que ya se ha tocado fondo en la destrucción de empleo es más necesario que nunca orientar a la población parada hacía que sectores y ocupaciones como nuevos tractores del empleo adaptando sus competencias profesionales. Los Observatorios del mercado de trabajo deberían afinar sus análisis y anticipar las tendencias que ya se observan para que la formación y la adaptación a los nuevos requerimientos de competencias sea lo más ajustada posible.

El nuevo marco regulador de las políticas activas facilitará la tarea pero serán necesarias también fuertes dosis de voluntad política y de innovación para que sus efectos sean visibles lo más rápidamente posible y se acierte en su implementación con medidas eficaces que contribuyan realmente a paliar la situación y a generar esperanzas entre la población.

 

Oriol Homs

Sociólogo

Director General de la Fundación Cirem

30 de mayo de 2011

LA RENOVACIÓN DE LAS POLÍTICAS ACTIVAS DE EMPLEO